Desde hace un mes las escuelas públicas están habilitadas para recibir a todos los alumnos de lunes a viernes en horario completo. Sin embargo, la necesidad de mantener la distancia física entre los bancos por la pandemia de coronavirus hizo que los escolares hayan sido convocados a clases presenciales solo 12 días.
Según un informe de El País, al no ser obligatoria la asistencia desde que se dispuso la emergencia sanitaria, en setiembre los escolares fueron efectivamente a clases presenciales solo ocho días en promedio.
Los datos del sistema informático GURÍ a los que accedió el matutino indican que el problema es mayor en educación inicial donde el promedio de asistencia es de seis días en el mes.
También hay diferencia entre centros urbanos, con ocho días de asistencia promedio, y los rurales que llegaron a 13.
Además, el sistema muestra que 6.000 escolares se desvincularon del sistema.
Los padres de escolares, que ya se han pronunciado varias veces exigiendo mayor cantidad de días, se movilizarán el próximo 14 de octubre en la Plaza Varela para reclamar una flexibilización del protocolo sanitario y la vuelta a la obligatoriedad.
«El impacto que tiene en el niño la pérdida del hábito de ir a la escuela puede llevar demasiado tiempo en solucionarse», señala el neuropediatra Gabriel González, que coordina el equipo de atención primaria del grupo de científicos que asesora al gobierno.
Aclara que a él no le compete la decisión pero como especialista señala que «tal vez se podría pensar en flexibilizar las distancias a costo de aumentar los riesgos en aquellos sectores que no encuentran alternativas para que haya más clases».