Peñarol se encendió en el ataque e iluminó la noche con la pelota quieta para despegar en su debut de la Copa Sudamericana. En su primera presentación, celebró la goleada 5:1 a Sport Huancayo, de Perú, en el Estadio Campeón del Siglo. Pensando en la diferencia, uno de los factores de peso en la definición, también agrandó su sonrisa.
El aurinegro hizo tres goles en un tiempo donde asimiló la sorpresa del empate parcial y cuando conectó su ofensiva lo pasó por arriba. Facundo Torres se distinguió con velocidad, volcado a la derecha, abriendo el juego y provocando faltas. Jesús Trindade participó en dos de los tres goles desde los centros precisos. El cabezazo de Agustín Álvarez Martínez, a la red, como el anticipo de Facundo Torres y el salto de Gary Kagelmacher, simplificaron el camino a la primera alegría en la Copa Sudamericana.
Su único sobresalto se minimizó a la hora de pensar en el arco de enfrente. El equipo de Mauricio Larriera soltó a Joaquín Piquerez por izquierda e impuso su juego práctico. En gran parte del desarrollo concedió el manejo de pelota a su rival y lo vulneró con gran eficacia. Entonces, no necesitó un dominio sostenido. Le alcanzó con solvencia y argumentos. Así de simple arrasó.
La ventaja se reflejó en el desempeño. El carbonero construyó el cuarto en la asistencia de David Terens y el penal a Giovanni González. Terans ejecutó con precisión para aumentar la distancia. Cerró su inspirada versión atacante en la gran sociedad de Agustín Canobbio en su regreso con Pablo Ceppelini y el 5:1 de Álvarez Martínez, golazo del nuevo goleador. Mantuvo la ambición hasta el final, hasta acarició el sexto. Peñarol ganó y dio un primer paso auspicioso en la Sudamericana.