El fútbol te da alegrías y decepciones. Hoy Boca tuvo una de esas noches para el olvido: perdió 3 a 0 ante el Santos y se despidió de la Copa Libertadores en semifinales.
El equipo de Miguel Ángel Russo dejó una imagen lamentable. Totalmente opuesta a la que brindó River en la noche del martes, cuando luchó hasta el final pese a quedar eliminado a manos de Palmeiras.
El problema del Xeneize es que nunca estuvo en partido. El Peixe manejó los 90 minutos a su antojo, con una naturalidad contundente. El equipo dirigido por Cuca jugó hasta el momento una Copa increíble y buscará reflejarlo también en la final.
Boca sufrió de principio a fin en una noche donde tenía varios resultados que le daban el pase al partido definitorio en Río de Janeiro. Como la ida había terminado 0 a 0, los de Russo se iban a clasificar con una victoria o un empate.
Pero las figuras de Boca no estuvieron a la altura. La defensa mostró muchas debilidades, el mediocampo estuvo lento y previsible; Carlos Tevez y Eduardo Salvio, quienes deberían liderar la ofensiva, protagonizaron una función lamentable y para el olvido.
Lucas Pituca convirtió para el Peixe en el primer tiempo. Russo movió el banco en el entretiempo: puso a Nicolás Capaldo y Julio Buffarini para ganar intensidad. Pero no lo logró.
Una ráfaga feroz del Santos liquidó la serie: Yeferson Soteldo, el venezolano, puso el 2 a 0 tras una pérdida de Salvio. El tercer tanto del partido lo hizo Lucas Braga, otra de las figuras de la noche.
Boca tenía una gran oportunidad y la desperdició. Tras la caída de River podía dejar atrás los viejos fantasmas y clasificarse a una nueva final de Libertadores. Pero su participación en este torneo fue de más a menos. Se desinfló con el correr del tiempo.
¿Habrá sido el último partido de Tevez con la camiseta de Boca? ¿Seguirá Miguel Ángel Russo? ¿Se viene una limpieza de la mano de Juan Román Riquelme? La tormenta en el Xeneize acaba de desatarse. Y nadie sabe cómo terminará.