Brasil registró el sábado 758 nuevas muertes por COVID-19, lo que eleva el número total de decesos por la enfermedad en la nación sudamericana a 120.262, según datos del Ministerio de Salud.
El gigante sudamericano, de 212 millones de habitantes y segundo país más afectado por el coronavirus en el mundo, solo detrás de Estados Unidos, también reportó 41.350 nuevos casos de la enfermedad, alcanzando un total de 3.846.153 de infecciones confirmadas.
Es el tercer día consecutivo en que la nación contabiliza menos de 1.000 muertes, luego de registrar 984 decesos el jueves y 855 el viernes. Además, Brasil ha vuelto a mantenerse por debajo de los 50.000 casos diarios, una marca que solía ser rebasada con frecuencia pero que en las últimas dos semanas solo ha sido superada una vez, el pasado sábado.
Con esas números, se dice que la pandemia está en una fase de “estabilización” en el país, aunque en un nivel aún elevado.
También, según el Ministerio de Salud, Brasil tiene 3.006.812 pacientes recuperados de la enfermedad y 719.079 personas en seguimiento. La tasa de mortalidad por COVID-19 en el país es del 3,1%.
El estado brasileño con peores números sigue siendo Sao Paulo, el más rico y poblado del país, con 46 millones de habitantes, al registrar hasta este sábado 29.944 decesos y 801.422 casos confirmados de COVID-19.
Bolsonaro volvió a defender la polémica Cloroquina
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a defender este sábado el uso de la cloroquina como remedio para superar la enfermedad, pese a que la eficacia de este antipalúdico contra la COVID-19 no ha sido comprobada científicamente.
”Ha salvado miles y miles de vidas en todo Brasil”, aseguró el líder ultraderechista en un acto oficial con motivo de la inauguración de un parque de energía solar en el municipio de Caldas Novas, en el estado de Goiás.
El jefe de Estado fue contagiado con el nuevo coronavirus, estuvo confinado durante 20 días en julio y atribuyó su recuperación a la cloroquina. Diversos estudios indican que el uso de este medicamento puede provocar alteraciones en el corazón.
Además, el líder ultraderechista provocó una nueva aglomeración de personas a su llegada a Caldas Novas. En un vídeo publicado en su perfil de Facebook, Bolsonaro apareció sin mascarilla y no dudó en acercarse hasta sus seguidores, darles la mano y tirarse fotografías con ellos.
El mandatario, uno de los líderes mundiales más escépticos sobre el peligro de la enfermedad, a la que llegó a tildar de “gripecita”, censura el uso de mascarillas y ha contrariado en multitud de ocasiones las recomendaciones sanitarias, además de criticar las medidas de distanciamiento social.