A las 4:30 horas de este miércoles, la Armada de Indonesia perdió el contacto con el KRI Nanggala-402, un submarino de 1.395 toneladas fabricado en Alemania en 1978. A bordo iban 53 personas. El sumergible estaba realizando ejercicios militares al norte de la isla de Bali.
El submarino es uno de los cinco con los que cuenta la flota de Indonesia. Dos de fabricación alemana y tres de Corea del Sur. Según ha informado un portavoz de la Armada a la agencia Reuters, estaba realizando un simulacro de torpedos cuando la tripulación solicitó el permiso de inmersión. Poco después perdieron el contacto.
Indonesia ha pedido ayuda a Singapur y Australia para tratar de encontrar la embarcación. Los tres países vecinos están inmersos en las operaciones de búsqueda y darán más información en las próximas horas, según ha dicho Hadi Tjahjanto, comandante de la Armada de Indonesia, que acudirá el jueves a Bali para supervisar las operaciones.
La última vez que un submarino desapareció fue hace cuatro años en aguas del Atlántico. Al Ara San Juan, un sumergible argentino con 44 tripulantes a bordo, se le perdió la pista cuando navegaba hacia una base naval en Mar del Plata. Un año después, la Armada argentina encontró los restos a 907 metros de profundidad. El submarino había implosionado al llegar a una profundidad en la que la presión superaba la resistencia del material con el que está construido.
Otros episodios de estas tragedias bajo el mar lo vivieron en la Armada de Estados Unidos por partida doble. En 1968, se hundió el USS Scorpion, que terminó a más de 3.400 metros de profundidad con 99 tripulantes muertos. Cinco años antes, lo mismo le ocurrió al USS Thresher. La nave tocó fondo a 2.560 metros con 129 personas a bordo.
Rusia también ha vivido estas catástrofes en su historia naval. Famoso es el hundimiento del submarino soviético Kursk, en el año 2000. Dos torpedos explotaron durante unas maniobras militares. El Kursk pasó 14 meses en el fondo del mar. Murieron 118 tripulantes y hubo mucha polémica porque el gobierno ruso no quiso hacer público el suceso, que se conoció gracias a la presión de los familiares de los tripulantes muertos.
Rusia también recuerda otras dos tragedias: un incendio en un compartimento hundió el Komsomolets en 1989. Aunque, de las 69 personas que iban a bordo, 27 lograron sobrevivir. En 1970, durante la antigua URSS, fue el submarino K-8 el que acabó en el fondo del Atlántico por otro incendio después de hacer maniobras en el Golfo de Vizcaya.
En la zona donde se produjo la última señal enviada por el sumergible se detectó una mancha de petróleo, anunció el miércoles por la noche el ministerio de Defensa.
«Alrededor de las 07H00 de la mañana, el monitoreo realizado por un helicóptero descubrió un derrame de petróleo en la posición donde el submarino desapareció», afirmó en un comunicado.