A medida que pasan los años ese logro toma más valor, no sólo por cómo se dio, sino porque Uruguay nunca más ganó un Mundial de fútbol.
Ese 16 de julio de hace 70 años se disputó la final entre el local, Brasil, y Uruguay. Río de Janeiro era una fiesta y el Estadio Maracaná, el más grande del mundo en ese entonces, con capacidad para 200 mil espectadores, estaba repleto. El favorito; Brasil. Los diarios de la época lo daban prácticamente como campeón antes de jugar.
El camino de los brasileños hasta la final fue el siguiente: Brasil 4-0 México, Brasil 2-2 Suiza, Brasil 2-0 Yugoslavia, Brasil 7-1 Suecia, Brasil 6-1 España.
Mientras que el camino de Uruguay fue: 8-0 a Bolivia, 2-2 con España, 3-2 a Suecia.
Esa tarde, cuando todo era fiesta, Brasil salió al campo de juego con: Barbosa; Augusto, Juvenal, Bauer, Danilo, Bigode, Friaca, Zizinho, Ademir, Jair y Chico.
Los celestes formaron con: R. Maspoli; M. González, E. Tejera, S. Gambetta, Obdulio Varela, V. Rodríguez Andrade, A. Ghiggia, J. Pérez, O. Míguez, Schiaffino y R. Moran.
A los 47 minutos gol de los locales para el delirio de la afición. Friaca puso el 1-0 parcial.
Pero el equipo capitaneado por Obdulio Varela todavía no se daba por vencido. A los 66´ Juan Alberto Schiaffino enmudeció el estadio, marcó el 1-1. Uruguay estaba parado firme con una marca férrea y atento a sacar ataques rápidos aprovechando la velocidad del puntero derecho, Alcides Ghiggia.
Hasta que a los 79´ Ghiggia llegó hasta al fondo y saco un potente remate contra el palo de Barbosa. Goool!!! Uruguay 2-1. En el Maracaná primaba el silencio, caras de asombro, lágrimas, incertidumbre y expectativa.
En los minutos restantes Uruguay marcó como nunca, cerró líneas, cuidó el resultado con uñas y dientes y se quedó con la Copa. Una hazaña. De ahí en más el ejemplo futbolístico del triunfo ante la adversidad.
Un montón de historias están detrás de ese día. Por ejemplo lo que hizo Obdulio Varela luego del triunfo. Se fue a un bar de Rio de Janeiro a consolar a hinchas del rival derrotado. Algo impensado en tiempos de redes sociales. Sin embargo, el respeto y la solidaridad también fue un ejemplo.
Y quizás el hecho más reciente, parece tener al “guionista de Dios” como aliado. Ghiggia fue el autor del gol más importante del fútbol uruguayo. Y también fue el último jugador de ese Uruguay en despedirse del mundo. El delantero falleció un 16 de julio de 2015, a 65 años de aquel gol.