River plate le ganó a un Palmeiras pobre y deslucido pero no le alcanzó para estar en la final

River lo dio todo. De principio a fin. El equipo de Marcelo Gallardo buscó darle una nueva alegría a la gente, pero la clasificación épica no ocurrió: le ganó 2 a 0 al Palmeiras pero igual quedó afuera en semifinales de la Copa Libertadores. Fue un partido plagado de polémicas, con el VAR como protagonista acechando constantemente con una fuerte sensación de suspenso. Como el elenco brasileño se había quedado con el duelo de ida por 3 a 0, el global quedó a su favor.

El arranque del partido tuvo al arquero Franco Armani como gran figura, ya que le tapó un mano a mano a Rony a los 9 minutos del primer tiempo. Un cabezazo del paraguayo Robert Rojas, a los 28, abrió el marcador para el Millonario. Desde ahí, la actitud pasiva de Palmeiras envalentonó a River, que antes del descanso encontró el segundo tanto, con un cabezazo de Rafael Santos Borré, tras un desvío en el primer palo de Matías Suárez.

En el complemento, el protagonista absoluto fue el VAR: primero anuló un gol de Gonzalo Montiel por un offside muy fino de Santos Borré en el inicio de la jugada, luego rectificó la decisión del árbitro uruguayo Esteban Ostojich que había cobrado un penal sobre Suárez, y por último no le dio una pena máxima al Millonario por infracción sobre el delantero colombiano, que también en teoría estaba fuera de juego.

Con cinco atajadas notables, el portero Weverton selló la clasificación de Palmeiras hacia su quinta final de Libertadores, en la que buscará su segundo título (1999).

El rival del Verdao saldrá del choque que tendrán Santos y Boca Juniors el miércoles en Brasil. La ida terminó 0-0. La final se disputará el 30 de enero en el mítico Maracaná, en Rio de Janeiro.